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_ 86 donde canta sus dulces letanías el gorgeo de alegres pitirrojos. JOSE Mis cinchas han cedido y aflojáronse al caminar de día en el sofoco; para ti el cabalgar será descanso, y llevarás al Niño con reposo, MARIA ¡ Y cómo de parleras avecillas saluda al Niño Rey, el alborozo !; yo bajaré au la fuente, y entre tanto los vestiditos lavaré en su arroyo. JOSE Y yo también requeriré al jumento, no sea que se pierda en campo roto; que aunque es de natural manso y paciente, corre como una cabra presuroso. quí María baja a la fuente.) MARIA Temo, José, si habrá hombres apostados, (. durmiendo en estas sombras o contornos, que nos den un asalto, y nos maltraten, además de robarnos codiciosos. (Una banda de ladrones que seguirán durmiendo: dos de ellos se levanlarán y se presentarán en el escenario.) DUMACO ¡Alma cobarde!, ¡venga el dinero! (85). JOSE ¡ Dejen su presa!, no tengo nada. DUMACO ¡Venga el dinero!... TITO ¡ Deja esta gente ! DUMACO La suelta paguen, y si es que pagan, les doy por libres.