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EL GUIA Amigos, el día es corto, y, en cambio, es largo el camino: detenernos no conviene, y es mejor apercibirnos al mesón de Belinzona (102) antes que haya atardecido. (Siguen su camino.) Al pie de los Alpes. Un descanso al mediodía bajo los árboles. PRINCIPE ENRIQUE Reposemos, cuando menos, un instante a la sombra del ramaje del sendero, y que abreven los trotones fatigados, todos juntos, de estas brisas al refresco. Nuestros rápidos bridones, a los otros rezagados les dejaron, a lo lejos, caminando lentamente su jornada; y al amparo de estos sauces tan espléndidos, aguardémosles, un poco, descansando... en pensiles que se tienden tan amenos. «¡ Barbarroja !» Cómo sudan esas ancas abigarradas tuyas, al esfuerzo del pequeño galopar por la colina, y además bajo un cielo descubierto. ¡ Queda en calma ! y el colgante ramo sea sobre nuestras cabezas, cuando menos abano que el calor de tus caderas refrigere, mientras tomas nuevo aliento. ELSA ¡Qué preciosa perspectiva !, ¡todo el campo aquí y allá jalbeares! ¡Los viñedos en guirnaldas tan pomposas, suspendidas sobre nosotros, perfumado el viento! PRINCIPE ENRIQUE ¡Mas!, ¡oh!, ¡qué deliciosos los sonidos que se llegan a nosotros, en sus ecos
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