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— 134 — PRINCIPE ENRIQUE Mas, ¿qué ruido? Es de la rauda avalancha haci4 el abismo. ELSA ¡ Qué terrible y a la vez espectáculo magnífico! PRINCIPE ENRIQUE Es la voz de las montañas, de níveo labio, al sonido, llevándose unas a otras acentos desconocidos, ya perdido para el hombre su lenguaje primitivo (160). ELSA ¿Y cuál es ese país a nuestros pies extendido? PRINCIPE ENRIQUE ¡Esa es Italia! ¡La Italia! (161). ELSA ¡Cuán hermosa Dios la hizo, el país de la Madonna, un jardín del paraíso! PRINCIPE ENRIQUE Getsemaní para ti y también para mí mismo, de oración y sufrimiento. Otro tiempo un paraíso, que en mis años juveniles sus glorietas he corrido !, y conservo en mi memoria su recuerdo siempre fijo sin empañarse siquiera; cual crepúsculo nativo, con un anillo de luz que en púrpuras, ha teñido los horizontes aquellos de mis años fugitivos,

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