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— 118— de poder levantarse a toda hora y de hacer penitencia a su talante; y, por modelo de humildad cristiana, muy silencioso de la celda sale, esa horrible campana sacudiendo, y hace que sus hermanos se levanten, y recen por su alma la plegaria que está mejor a sus necesidades. FRAY JUAN ¡De la fragilidad y la caída! TODOS ¡ Líbranos, oh Señor, de aquestos males! FRAY GUTHBERTO Antes de la campana de maitines, y en sus manos la luz, de ronda sale, la enfila a nuestros ojos soñolientos, como si nos dijera: «¡a levantarse !» Pero basta, y sigamos de San Gildas la historia interesante. LUCIFER Por malicia o por bromas, un domingo procuramos el vino envenenarle del caliz de la Misa; y, providencia, o algo casual, Pedro Abelardo escápase de la capilla: acaso un fraile joven las especies bebió sacramentales, y cadáver rodó sobre las gradas. ¡ Miradle!, ¡a la ventana, está asomándose con su cara de horror, como si fuese de uno en pena! MONJES ¿Quién?, ¿dónde? LUCIFER ¡ Huyó al instante! FRAY GUTHBERTO ¡ Mas si es la cara de Siebald el falso, ese refitolero miserable
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