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para que juzgue al mundo, antes bien para que éste se salve, sino porque no creyendo éste en sus palabras, tro- piezan y caen en esta piedra de escandalo. Por esto nos lo demuestra el Espiritu Santo en este dia , como princi- pio de ruina para muchos: Positus est hic in ruinam. Ahora yo quisiera que mi voz llegase 4 los cuatro 4n- gulos de la tierra; yo diria 4 los pueblos que habiendo conocido y abrazado la fé la despreciaron: ;Oh hombres! No os glorieis ni en las combjnaciones de vuestra poli- tica, ni en el niimero de vuestras naves, ni en el valor de vuestros ejércitos; habeis abandonado el centro de ver- - dad, habeis subyugado con la intriga medio mundo; pero habeis tropezado con esta piedra; tres siglos de prospe- — ridad son nada; un dia vendra para cada uno, en el cual vereis que habeis errado en vuestros proyectos, y cami- nado 4 vuestra ruina: Positus est hic in ruinam. Yo habla- ria 4 los pecadores, y les diria: Esos placeres en que os re- voleais, esas riquezas que son el objeto de vuestra ado- racion, esas diversiones en que ocupais toda vuestra vida, tendran fin, y vuestra vanidad, vuestro lujo no os acompa- flaran mas alla de la tumba; y enténces vereis que por ha- ber vilipendiado la moral saludable de este Nifio , habeis abierto el abismo de vuestra perdicion: Positus est hic in ruinam. Y ti, j;oh incrédulo! tiembla; ese alto despre- cio que haces de este Dios humillado, ha ocasionado ya la ruina de tu entendimiento, pues ni tienes un punto fijo de creencia, ni sabes ya lo que es tu alma y tu razon, y aparentas ignorar lo que te sucedera despues del se- pulcro; pero yo te lo diré conel santo Job (cap. xx, 4): Aunque suba tu soberbia hasta el cielo, aunque tu ca- beza toque 4 las nubes, al fin se ha de allanar y perder como un muladar; y cuantos te habian visto tan arrogan- te, preguntaran: gdénde esté? Udi est? Desaparecieron sus locuras, se acabaron sus suefios, y se estrellé contra la fuerza del Dios, que aborrecié: Positus est hic in rui=