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plo 4 cumplir con la ley & que no estaba obligado , nos da ejemplo de sumision 4 la ley eterna, segun la cual ha de condenar 4 los malos y premiar 4 los buenos; como ‘ aquéllos siguen los dictamenes de su razon depravada, y las pasiones de su corazon, desobedeciendo al Seiior, en- cuentran sti ruina donde debieran hallar su salvacion, asi Jesucristo viene 4 ser para ellos principio de ruina y perdicion eterna: Positus est hic in ruinam; y como éstos_ procuran seguir las huellas trazadas por el Redentor, y dan lugar a las inspiraciones de la gracia, que se les da por los méritos de Jesucristo, Este es para ellos princi- pio y causa de su resurreccion: Z¢ in resurrectionem multorum. En dos palabras: Jesucristo, ocasion de per- ’ dicion para los malos, y principio de salvacion para los buenos: y esto serd el objeto de midiscurso. + ; Gran Dios! Si los cielos cuentan vuestras glorias , y el firmamento anuncia las obras de vuestra omnipoten- cia, gc6mo un ministro vuestro, aunque indigno, dejara de alabar y publicar las obras de vuestra misericordia? No permitais que mis labios se abran sino para encomiar los prodigios de vuestro amor para con los hombres; cuanto yo diga sea para gloria de vuestro nombre, y qué- deme el consuelo de haber manifestado. 4 cuantos me oyeren que, si son justos, en vos hallaran su recompen- $a, y si pecadores, su ruina. Para poder llenar mi objeto tan delicado y de tanta utilidad para nuestras almas, acudamos al trono de la gracia, Pidiéndola por Ja media- cion de Maria. Ave Maria. Si el Espiritu Santo no fuese el autor de los oraculos contenidos en las paginas de los dos Testamentos, la ra- zon se resistiria & dar {6 4 muchos de ellos. La primera. nocion que se tuvo del Nifio recien nacido en Belen fué

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