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del sacerdocio , del incendio del templo y del altar, de las ruinas de Jerusalen, de la dispersion de los judios, de la subversion de los imperios que perseguirian al Cru- cificado; como si palpara la condenacion de los pecado- ° res, la reprobacion de los herejes , los anatemas eternos _que este Nino fulminara contra los impios , dirigiéndose 4 su Madre, la dice: «Este Nifio ha de ser la causa de la ruina de muchos.» Positus est hic in ruinam. Nada se oculta 4 este venerable sacerdote ; ve la adopcion de los gentiles, la aniquilacion de la idolatria, la sumision con que las naciones han de abrazar la fé, la docilidad con que llevaran el suave yugo del Seiior; ve las glorias de los Apéstoles, los triunfos de los martires, las aureolas de los confesores y las palmas de las Virgenes; ve todo » el nuimero de creyentes que habra hasta la consumacion de los siglos, y no encuentra otra causa de tantas virtu- des que este Nifo que tiene en sus brazos. H¢ in resur- rectionem multorum. Hé aqui una profecia admirable , suficiente ella sola para probar la Divinidad de Jesucristo , pues sdlo en las luces del Espiritu Santo pudo ver el sacerdote Simeon la caida de los malos y la elevacion de los buenos. Yo pu- diera en este dia presentar 4 vuestra consideracion el asombroso cuadro de diez y ocho siglos, y demostraros a este Nino sentado en el trono de su gloria como dueio absoluto del mundo, como Rey de los reyes, disponien- do 4 su arbitrio de los imperios de la tierra, castigando - a sus enemigos y recompensando 4 los que han dado fa vor 4 su Religion sania; pues aunque el reino de Jesu- cristo es espiritual, tambien vela sobre los destinos de ‘los pueblos, trasfiriendo la potestad y dominacion , dan- do el poder y quitandolo, conforme le agradare. Pero no . salgamos del misterio que celebramos en este dia; y asi, cinéndome 4 él, propondré 4 vuestra consideracion dos grandes verdades. Jesucristo, al presentarse en el'tem-