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74 siderar que al mismo tiempo existe un sacerdocio santo, inocente , herdico, que se sacrifica en toda Ia tierra por el el bien de los pueblos. Si, toda mi gloria esta aqui, porque no ignoro que si 4 Jesus, que era santo por esencia, lo lla- maron endemoniado, samdritano y bebedor de vino, con otros epitetos injuriosos, mas ha de decir el mundo del sacerdocio, compuesto de hombres mortales, fragiles y revestidos de una naturaleza corrompida, siempre incli- nada 4 lo malo, y sobre la cual no puede uno prevalecer sino 4 fuerza de combates repetidos, en los que vence la gracia de Dios. Pero tambien sé infaliblemente que, guar- dando el depdsito sagrado de la f6, persistiendo en el ca- mino empezado, no temiendo jamas al mundo enemigo de Dios, predicando la verdad 4 los hombres, no dejandose manchar entre los vicios y corrupcion, no teniendo apego 4nada de lo que constituye la felicidad de los mundanos; yo sé, repito, que un dia ha de brillar sobre mi cabeza una corona mas esplendente que todas las que el mundo pudiera darme; yo sé que en mi mano se mantendra siem- pre verde la palma de la victoria, miéntras que el mundo, que hoy ataca al sacerdocio, se hallara entre horrendas mansiones, sin saber mas que bramar en su desespera- ' cion, diciendo: Hrgo erravimus: luego hemos errado. Tambien me lleno de entusiasmo al miraros & vos- otros; pues veo realizada la profecia de Simeon. Si, de- votos congregantés de Maria; 4 los ojos del mundo podeis ser nobles, sabios y opulentos, lo que os hace dignos de consideraciones y honores; mas no es esto lo que levanta al hombre y lo enaltece esencialmente; pues estos obje- tos de tanto valimiento entre los hijos del siglo, son mas movibles que la veleta situada en las altas flechas de las torres, y no tienen consistencia, por depender de causas segundas, que hoy existen y mafiana desaparecen, sin dejar otro vestigio que el de la grande nave que con paso veloz surca las aguas del Océano. Lo que si ensalza 2k tS