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5 tee 9 eae yerbas de la tierra.» ;Ah! Este cuadro halagiiefio, cir- cunscrito por enténces 4 las montafias de Judea, se ex- . tenderia 4 una escala inmensa desde que Jesus saliese al teatro del mundo 4 desempeiar el noble cargo de Maestro y Redentor de los hombres ; pero su presentacion en el templo es el restimen de todas las obras que ha de prac- ticar , de todas las palabras que ha de decir en los dias de su predicacion. Supuesto que la ley, los Profe- tas y el Evangelio esta cifrado en amar 4 Dios como a bien. sumo, y 4 los hombres como 4 hermanos ; supuesto que toda la grandeza del alma esta comprendida en abne- garse 4 si mismo, en imponerse sacrificios, en tomar la eruzy seguir al Salvador, y que todos los pasos y accio- nes de éste no se han de encaminar sino 4 imprimir estas maximas en los corazones, eliminado de ellos el amor de si mismos, el odio 4 sus enemigos, la lujuria, la ambi- cion y la vanagloria , apénas necesitamos que se desplie- guen mas tarde los amorosos labios de Jesus para saber- Jo; la infancia de Jesus es una escuela elocuente; el -templo nos anuncia que por amor nuestro ha sostenido’ en sus aras todo el inmenso peso de la Divinidad; que han resonado las bévedas con los vagidos dolorosos de la victima, y que el Justo se condena 4 morir para que el hombre pecador salga de la abyeccion ala nobleza, de la ignorancia 4 Ja sabidurfa, de las tinieblas 4 la luz, de la ~ muerte 4 Ja vida. _Hé aqui cuanto hace Jesus al ser ofrecido al Eterno Padre por el ministerio de Simeon; y pensémoslo sin preocupacion ni fanatismo: el hombre, envilecido entre los obscenos dogmas del paganismo, no podia alzarse hasta la cumbre de la gloria sino por estos medios que Jesus le presentaba desde su nifiez, halagandole con gran- des esperanzas para el-porvenir, y demostrandole la po- sibilidad de la imitacion por las acciones que él practi- era primero. En torno de este estandarlte que El eleva

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