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estos fendmenos no son creibles cuando queremos probar- su existencia por nuestras propias obras; pero traspor- témonos 4 otra region; demos que desaparezca absoluta- | mente la pena del pecado original, venga el alma reves— -tida con la gracia santificante y la justicia primordial, y: estos efectos no seran notables por demasiado comunes: 4No veis lo que pasa en casa de Isabel y Zacarias cuando se presenta Maria en sus umbrales? Apénas ha abierto- Esta sus labios, siente aquélla una gran conmocion en ~ sus entrafias. 4 Quién la causa? La causa un nifio de seis. meses, que, mds fuerte que la naturaleza, da saltos de alegria al verse junto 4 su Dios humanado; al llegar Este, es santificado y purificado, desaparecen los impedimen- tos de la infancia, y apénas ha empezado 4 crecer, deja la casa de sus progenitores , y cambiando sus cémodas mora- das por las aridas montafias, se viste con pielesde came- . llo, se alimenta de langostas y de miel salvaje; no tiene otro techo que el cielo, ni otra cama que la tierra; es , por fin, un retrato de penitencia y austeridad ; gy por qué? gPor qué tanto exceso, dira el mundo voluptuoso? 4Por qué tal édio contra si? exclamard la carne petulante. ;Ah! No ha cometido aquel nifio ningun crimen; jamds ha ofen= dido al Sér divino; pero lo ha conocido con tanta perfec= cion, ha quedado desde'su santificacion tan’ enamorado de la belleza infinita, que no ha podido fijar su vista ni por un momento en las criaturas , porque sus tesoros, su hermosura, sus encantos, sus atractivos son al lado de Dios ménos que un grano de arena paralelado con la gran maquina del mundo. Si alguna vez habeis sentido en vuestros corazones los incendios del amor divino; si purificadas vuestras al- mas habeis mirado con fijeza aquella hermosura infinita que nos convida con su fruicion total; si habeis tenido en vuestra vida alguno de aquellos momentos mas que feli- ces en que las cosas del mundo os han parecido nada en NS

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