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desde que ha puesto sus piés en el templo empieza para Ella una nueva era, no de combate contra el mundo, ni contra el demonio, ni contra si misma, sino de incremen- tos en el amor de Dios. gQuién es esta nifia? «Es, dice Anselmo, una virgen tierna, delicada, hija de sangre | real, hermosisima, que no tiene otra intencion, otro es- tudio, ni otro amor, que el guardar su cuerpo y alma en la mas integra castidad.» gQué hace en el templo? Su asi- duidad en el trabajo es tan grande, que excedio 4 la na— turaleza; su comida tan parca, que apénas tomara lo ne- cesario para vivir; jamas diera un momentoa la ociosidad; los ayunos se sucedian con los dias, y si tomaba algun reposo su cuerpo, estaba en continua vela su espiritu, ora meditando y repasando lo que aprendia en la oracion y en la lectura, ora previniendo sus acciones.)» Abismada toda enel amor de Dios, no sabe pedir 4 Este sino que se llegue el. momento en que se ha de manifestar 4 los hom- bres y los ha de salvar; aquel desprendimiento de las cosas terrenas ensefiado mas tarde por el Hijo de Dios; aquel desprecio por la sabiduria carnal; aquella ciencia sublime del amor divino ensefiada en cada pagina del nuevo Testamento, las tiene tan profundamente grabadas _ en si, que la hacian creer que en los cielos y la tierra no habia mas que dos objetos, Dios y Ella: Aquél, grande 6 inmenso; Esta, abyecta y despreciable; Aquél para ser amado, Esta para amar; lo diré de una vez: la humildad, la mansedumbre, la mortificacion, el desprecio de si mis— ma, la abnegacion, con todas las demas virtudes del Evan- gelio, fueron practicadas por Maria desde su misma cuna con tanta perfeccion, que, al contemplarlas el devoto Doctor Bernardo, se vuelve extatico 4 la santa nifia, y la dirige estas palabras: «,Dénde habias leido joh Virgen Purisima! que la sabiduria de la carne es enemiga de Dios? 4 Donde, que no cuiddsemos de satisfacer los deseos de ésta? 4Dénde, que las virgenes cantan un cantico nue- BC ee acne