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sible objetos que llenen completamente su corazon , ne- cesariamente ha de suspirar porla posesion de un bien que no se puede ver, pero que se palpa en cierto modo en cuanto rodea al hombre ; pero la belleza de las criatu- ras es un retrato de la del Criador: las riquezas de la tierra, el imperfecto trasunto de las del cielo, y cuanto existe animado 6 inanimado, como afirma el Sabio, es la ms convincente prueba de la existencia de la Divinidad. éNo es este el medio por donde llegan los hombres al amor divino? Si: Dios nos ensefia una parte de su her- recen; Dios nos revela su felicidad como objeto de nues- tra adquisicion, para que no nos creamos dichosos sino en El, y de aqui es que el hombre, que naturalmente es egoista y quiere poseer lo que mds le encanta, lo que le llena mas cumplidamente, desea naturalmente poseer A Dios. «De aqui es , dice San Agustin, que , sin violentar la voluntad humana, Dios, insinudndose en el entendi- -miento del hombre, excita en él grandes ideas, lo lleva. tras de si, lo enamora de sus bellezas, lo cautiva , pero de tal modo, que la cadena es el amor que se ha apode- rado del corazon.» Trahitur animus amore. ,Quereis ver — un ejemplo? Ensefiad , dice el mismo doctor , mostrad & un corderito un ramo verde, y se arrojara sobre él con precipitacion ; alargad 4 un nifio vuestra mano con fru- tas, y lo atraereis. Zrahitur animus amore. En verdad, este amor del hombre para con Dios es i@teresado en sus principios, porque mas se ama & Dios por lo que nos da, que por lo que El es: perono hay que extraiarlo; la debilidad de nuestra alma, originada del pecado original, hace que nos busquemos 4 nosotros en _ todas nuestras obras, en vez de buscar 4 Dios; la grati- tud 4 los beneficios es la mayor prenda del alma, pero el deseo de su propia felicidad prevalece casi 4 pesar suyo; mas cuando se ama 4 Dios por gratitud, gno se ha dado _ mosura, para que tengamos las demas en lo que ellas me- |