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ee = aee 7 a ee wa. es = es Soa Pal as ue ws 7" a — alimenticio las hermosas manzanas y las rigbidbe gra- nadas. Otras veces son sus voces mas atractivas, son sus llamamiéentos mds tiernos, y sus acentos derriten el alma de tal modo, que ésta pereceria si no se arrojase del todo en los brazos de su amado; levantate, la dice; date prisa, amiga mia, palomamia, hermosa mia, y ven; nues- tro suelo est matizado de mil flores, nuestro ambiente no respira sino perfumes, una primavera eterna da vida 4 cuanto nos rodea, la amable tortolita deleita nuestros oidos con sus suaves ecos; no te detengas, date prisa: Surge, amica mea, columba mea, formosa mea, et vent. Responder al primer llamamiento de esta voz divina, es el principio de toda nuestra dicha; permitir por nues— tra tibieza que el divino esposo se vea obligado a reiterar sus insinuaciones, puede sernos perjudicial; cerrar los oidos 4 los amorosos ecos, es sin duda arrojarse en la sima de la perdicion; porque, jah! el espiritu divino no quiere violentar 4 nadie; si alguna alma le ha de dar la mano, ha de ser porque ella se enamore libremente de aquella bondad, de aquella belleza infinita, que se. le in- sintia entre mil figuras, que se manifiesta entre dulces apariencias, que se declara entre mil favores; enténces Dios la descubre un solo rayo de su belleza, y esta alma queda extasiada; la hace entrever uno solo de sus cari- flos, y esto basta para que no sepa amar sino su Dios, -siguiéndole 4 todas partes como el corderito 4 su madre, sea entre las amenidades de los consuelos , sea entre las arideces de los trabajos, Cuéles sean.estos deliquios, cuales estos favores, no podré decirlo, si me atengo 4 mi mismo, y de-ello sdlo podré culpar & mi corazon demasiado frio en el, amor divino. Pero voy 4 ensayar de manifestarlo por. lo que sabemos de Maria; el Esposo divino la llamé desde el primer momento de swexistencia, pero sus ecos no reso- naron en un corazon ingrato; apénas pasdé esta criatura