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nos conducen necesariamente 4 una reflexion singular. _ 4Cémo es posible que la patria de Viriato, de incrédula, en un momento se hizo creyente; de fanatica, religiosa; $ de altiva, sumisa; de idélatra en extremo, cristiana sin — ejemplar? ,Cémo en dos siglos se abolié la supersticion, se planté la fé y se abjuré el paganismo, cuando en los | principios no queria oir la voz de uno de los primeros © Apéstoles? ,Cémo...? Pero preciso es convenir en que el altivo hijo de la Iberia necesité de toda la eficacia de la gracia celestial derramada en su suelo por la piadosa Maria. Desde que con su presencia consagré 4 este pais afortunado, se cumplié en él lo que anuncié el Sefior por el profeta Oseas; en el lugar que se decia «tt no eres pue- blo de Dios,» se dira en lo sucesiyo «vosotros todos sois hijos del Dios vivo.» (Oseas, cap. 1, 10.) Hé aqui, sefiores, la Espaiia creyente: cuando Arrio, en el siglo tv, intenta romper la unidad de la fé, ya el suelo de los Eugenios é Ildefonsos ha celebrado sus con= cilios en Elvira, en que han suscrito todos los Obispos, y en nombre suyo todos los hijos de la Iberia; no hay ido- latria, no hay supersticion, no hay errores; todos los. Seq templos paganos han sido destruidos; se han levantado Iglesias en todas partes; tienen santuarios los martires, los tienen los Apéstoles, los tienen las virgenes, los tiene“ sobre todo la Reina de los angeles. Perseverara la Es- pata en su fé? gSera tan constante en conservar sus creen- cias, como fuera tenaz en no dejar su antigua idolatriat 4Mostrard tanto heroismo en defendersu Religion, como lo ha desplegado en rechazar al cartaginés y'al,romano, que quisieran imponerla un yugo, férreo de’ dominacion extranjera? Ved, sefiores, lo que debe lq Espaiia 4 Ma- i ria tambien; Ella la did la f6, y Ella se la ha conservado. ; Las .revoluciones de los pueblos son un misterio; ve- mos sus terribles resultados, queremos examinar sus causas, intentamos adivinar sus tendencias, y al fin nos 5 ess mt nay