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cio, un poder humano contra un poder divino, y Dios no se gloria en ser Dios de disension, sino de paz. Yo diré, sin temor ni pasion, cual es el pueblo 4 quien Dios mira ‘ con singular cariiio, el pueblo que El protege con mano poderosa, el pueblo que £1 ama con exceso, y que El ha elevado mas que 4 todos los de la tierra: es la Espafia. 4La Espaiia? jAh! gEn pro de esta nacion dichosa habra Dios desplegado otra Omnipotencia que la que crid en seis dias los cielos y la tierra? 40 aquella sangre divina que empapo las piedras del Gdlgota, corrié mas abundante- mente por salvar & los hijos de la Iberia? No, catdlicos; estos beneficios fueron iguales para todos los pueblos, y todos han disfrutado de ellos; pero Dios hizo por la Espa- fia lo que quiza no ha hecho por otra nacion; Dios la did un Angel tutelar que no tiene semejante , un Nuimen pode- roso 4 quien sobran el amor, el poder y las riquezas. aDiré quién es este Angel de defensa, quién es este Cus- todio de tan alto poderio ? Bien lo sabeis; es Maria. j Maria! jAh! Todos los hombres son hijos suyos , engendrados en las entrafias de su amor, y entre los dolores del Calvario; todas las naciones son pueblo suyo, ovejas de su pasto; pero la Espaiia es el pueblo de Maria; el hijo de la Iberia es el hijo de Maria. Todos han recibido de esta Madre pia- dosa la leche de la doctrina que los salva y los civiliza; todos la deben su rescate y sus venturas; mas el pueblo espatiol es aquel & quien Maria adopté como 4 su hijo pri- mogénito, y 4 quien prometié engrandecer mas quea todos los Reyes de la tierra. Zyo primogenitum ponam illum excelsum pre regibus terre. Ese titulo tan interesante como tierno con que hoy la veneramos, es el monumento perenne de esta verdad; la Madre de los Desamparados no ha de ser contemplada tan sélo con relacion 4 los bienes de Ja Redencion, sino tam- bien 4 los temporales. Voy, pues, & presentaros el cuadro mas grande que pueda delinear la mano humana, la his-