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456 hijos , y secundariamente en su bienestar temporal. ;Ah! Es tambien Maria la Reina clemente que alcanza para sus hijos mil favores y gracias; es la que al pobre cautivo extiende una mano libertadora , redimiéndolo de las cade- nas y de la muerte; es la prdvida Madre que saca 4 las almas incautas de los insidiosos lazos que las tienden hombres malévolos é inicuos; Ella, cuando es invocada, asiste al naufrago desgraciado, sacandolo de entre los voragines del mar irritado y sirviéndole de tabla de sal- vacion en las tempestuosas corrientes de los rios ; Ella... pero ghabra lengua humana que pueda narrar los innu- merables favores que los pueblos han recibido por la mediacion de Maria? Aqui se apaciguan las tempestades; alli caen abundantes lluvias : en una parte cesa la peste y la mortandad ; en otra concluye la guerra y se extin- guen los édios: hoy vuelve al corazon de una madre la alegria ; maflana consuela al huérfano que llora. ; Ah! No hay dia, ni hora, ni instante que no esté consagrado con un favor dispensado por Marfa, por la Madre de los Desamparados. No quiero aducir en este momento otro testimonio que el que me suministra la herdica patria del Cid, la dichosa ciudad de Valencia, que, entre todas las pobla- ciones del antiguo continente, tiene la dicha de poseer dentro de sus muros la imagen de Maria con el tierno y consolatorio titulo de Madre de los Desamparados. ; Ah seflores! Preciso es decir que es muy querido de Maria aquel pueblo que merecié ser escogido para obtener como unico propietario el sentimental y carifioso titulo con que toda la humanidad conoce 4 Maria. Si todos los pueblos a quienes ha fulgurado la fé tienen accion para llamar 4 Maria Madre suya, Valencia entre todos puede gloriarse en tan provechosa advocacion, que no en vano le rega- lara el cielo por ministerio de los angeles. ,Quién llegaa respirar la embalsamada atmédsfera de aquel Eden de la