BCCPAM000591-3-12000000000000

ER : pesarosa de embotar sus filos en las cinceladas pier ai de bronce ; no temisteis escalar los suntuosos alcazares de los Reyes; no respetasteis ni pintura, ni escultura, ni solidez, ni arquitectura; igualmente cayd bajo vuestro herctileo brazo el templo de Efeso, como el aredpago de Atenas. ;Fieros huracanes! Tambien vosotros os enfu- recisteis contra las obras del hombre; la torre altiva cayé con vuestras embestidas, como se arruina la tienda de césped del zagal. ; Ah! No me direis por qué detuvisteis vuestras furias cuando llegasteis 4 la humilde habitacion de Maria? ,No me direis quién embot6 vuestra pica, quién contuvo vuestros furores, quién vuestras rafagas violen- tas? Porque yo me espanto al ver que todo se ha des- truido ménos lo débil; todo ha perecido ménos lo que nada valia; se srrahad el palacio de Herodes, la régia morada de mil Emperadores; se han arruinado los muros de Sion, y sdlo ha quedado en pié el pobre hogar de la insignificante morada de Nazareth. gQué misterio es este? Se echa de ver aqui, sefiores ,.una mano fuerte 6 invi- sible , que cuida de conservar las glorias que son suyas contra el torrente de los acontecimientos mundanos, y salvarlas de la ruina universal; miéntras el Cristianismo dominé en la Palestina, se conservaba la casa de Maria en la humilde ciudad de Nazareth ; era aquélla un santua- rio 4 donde nadie osaba penetrar sin temor y reverencia. 4Hubiera permitido Dios que el hombre contaminado se hubiese sentado en su propio trono, profanado su alcazar y manchado su habitacion? No seguramente; las huestes orgullosas de los emires no tienen érden del cielo para destruir 4 Nazareth hasta que no se haya salvado la casa de Maria; tan pronto como los angeles la hayan arrancado de los cimientos, llevandose su hogar, sus utensilios, su techo y hasta su mismo suelo, ni el acero podra destruir, ni el aquilon derrumbar. Hé aqui el misterio; por eso se ve hoy en la afortunada Loreto la casa de Maria; Dios, que