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_ . - otras, almas justas, no temais; estando con Jesus, no hay condenacion que temer; si os ataca el enemigo, con Jesus saldreis victoriosas ; si os afligen las tribulaciones y trabajos , con Jesus se os haran dulces y llevaderos; | venid, pues, en espiritu al templo santo; llegad a las sa- gradas aras donde se ofrece Jesus , y alli derramad vues- tro corazon , ofrecedlo junto con esta sagrada victima; consagradle yuestro amor y. vuestra vida, y entdénces podremos en la muerte estrechar 4 este Dios en nuestros brazos como el santo Simeon, y decirle, al ver ya los res- plandores de la eternidad: Nune dimittis servum tuum, Domine, secundum verbum tuum in pace. Vos habeis sido el objeto de mi amor en la vida; con vuestra gracia venci al mundo, y lo desprecié con vuestra ayuda; sobrellevé los pocos trabajos de Ja vida mortal , y ahora vas 4 cum- plir tu palabra introduciéndome en la Jerusalen celestial, embriagandome con la abundancia de tu casa, y dandome 4 beber los torrentes de tus delicias. Quia viderunt oculi mei salutare tuum. Yo os bendigo y os adoro, porque, mirdndome con ojos de piedad, me habeis lavado con tu _ preciosa sangre, y me habeis hecho participe de aquella salud eterna que pfeparaste 4 los pueblos y naciones , y. ahora la voy & ver con mis propios ojos. Lumen ad illu- minationem géentium et gloriam plebis tue T§rael. Vos ha- beis sido la luz que me ha guiado en la dificultosa carrera de la vida; con ella me habeis ilustrado, para que nome sorprendiesen las tinieblas del error, ni durmiese en la_ noche de la culpa, y desde ahora sereis mi corona y mi | gloria por toda la eternidad. Amen, - Y