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esto, el espiritu de Jesus se anonada, su cuerpo se es- tremece , su alma se entrega 4 todas las angustias, se arrodilla, se postra, cae en tierra, y oprimido con esta mole inmensa, moriria como el desgraciado habitante de un gran edificio magicamente desplomado por-todos sus angulos. Si; Jesus espiraria si la persona divina no sos- tuviese la debilidad de la naturaleza humana; por dos veces ruega 4 su Padre, y aquel Dios, que oye al peca- dor contrito, se halla inexorable para con su Hijo.+j Qué violencia no se haria 4 si mismo el amable Jesus! Bien lo dan 4 entender los efectos que causa en su cuerpo esta afliccion interior. En efecto , amados mios; no encontrando consuelo en su Padre, vuelve & sus discipulos, que tendidos se halla- ban en tierra, y entregados al suefio ocasionado por la tristeza de saber la préxima prision de su Maestro: vuel- ve de nuevo 4 la oracion, y humillado por tercera vez ante la presencia divina, despide suspiros mas tristes. jQué! ~No basta para la redencion de los hombres que haya dejado el sdlio de la gloria y tomado carne humana? 4No me he humillado hasta el exceso con haber padecido treinta y tres afios pobreza, trabajos y persecuciones? gEs posible que ha de acabar mi vida entre tormentos tan crueles? ,He de verter mi sangre por unos ingratos? 4 He de trabajar en vano, venciendo al demonio, cuando los hombres han de preferir sus cadenas 4 mi libertad, y le han de servir con mas gusto que 4 mi, que soy su Dios, su redentor, su hermano y bienhechor? ; Padre mio! ex- cogitad otro medio ; no sea tu hijo bien amado Ja irrision de los malvados; no se derrame su sangre intitilmente. «Si es posible, pase de mi este amargo cAliz;» y al decir estas palabras, un sudor mortal corre por todo su cuer- po; el corazon, oprimido del dolor, en vez de ser prote- gido por la circulacion de la sangre, se encuentra des- provisto de este agente animal; se retira aquélla de las