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ditaso Jesus se halla dispuesto 4 borrarlos con su san- gre; todo imperio, toda nacion, toda lengua, toda tribu es criminal; abominaciones de Reyes y vasallos , de ricos y de pobres, de sacerdotes y de pueblo, han de quedar perdonadas tan pronto como Jesus dé'su vida en el ma- dero; pero ; qué horror! Jesus est4 dispuesto 4 sufrir los ‘mas crueles tormentos; y al mismo tiempo ve que el fruto de su sangre se ha de perder; al paso que se le re-. presentan las victorias de la Cruz, ve 4 esta misma Cruz hollada y conculcada por los hombres. Los tiranos han de emplear todas sus fuerzas para destruirla; los herejes no cesaran de atacarla; los impios convertiran sus dogmas — en problemas; los filésofos haran irrision de sus miste- rios y de su moral; los hijos mismos de la Cruz se han de armar y levantar contra ella; su doctrina ha de ser reputada por locura, su humildad por necedad; la Iglesia que iba 4 fundar seria desgarrada por los Arrios , destro- zada por los Mahomas, desmembrada por los Luteros, desacreditada por los incrédulos, minada por los impios — y mirada con indiferencia por les: cristianos de los siglos del libertinaje. Veia Jesus que llegaria tiempo en que los hombres se servirian de sus luces mismas para atacarla; veia que los hombres que se llaman, hoy creyentes ten— drian una fé sin obras, un culto externo sin piedad ver- dadera; veia que los Sacramentos , convertidos por los hombres en instrumentos de perdicion, serian sacrilega- mente profanados y sepultados por invenciones del fana- lismo; veia, por fin, que muchas naciones no querrian recibir su fé, y que otras apostatarian por seguir ctras doctrinas , segun los elementos de la filosofia carnal. ;Qué cuadro tan espantoso! ;Tantos tormentos en su cuerpo! iTantas angustias en su alma! jTantos pecados, y que tanto irritan la justicia divina ! | Una sangre tan preciosa | derramada con tanta liberalidad para ser la ruina de los hombres, en vez de ser principio de salud! Al considerar