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améndonos como 4 hijos, el silencio del traidor nos en- sefia que, siendo enemigos de Dios, éste nos amé sin’ mirar 4 nuestras iniquidades, sino 4 su misericordia; y aqui es necesario reflexionar con atencion, porque en esta accion de Jesus est& declarada la parte mas esencial del amor fraterno. El] mundo amaba 4 sus amigos, y tanto mayor era su amor, cuanto eran mas estrechos los lazos de la amistad; pero al mismo tiempo que amaba 4 sus amigos y hermanos, aborrecia mortalmente 4 sus enemi- | gos; no sabia, en consecuencia, hacer bien sino 4 los que. amahba, y esto nada tenia de extraordinario; no seria asi en la nueva ley. Jesucristo nos manda que amemos a los. enemigos, que roguemos por los que nos persiguen, que hagamos bien 4 los que nos traten mal , para que seamos. dignos hijos de aquel Padre celestial que hace salir el sol sobre buenos y malos, y provee de lo necesario a jus- tos 6 injustos; y para que venzamos la natural repug- nancia que tenemos en hacer bien 4 nuestro adversuario, no sdlo da su vida por sus enemigos, sino que se postra 4 sus piés, los lava y los riega con sus lagrimas. Postrado 4 los piés de Judas, gno era natural que este hombre pérfido dijese 4 su Maestro, con mas razon que Pedro, que jamds consentiria en que E le lavase los piés? Un amor tan extremado, unas demostraciones tan cari- fiosas, gno debian ablandar un corazon, aunque fuese de piedra? En vano se humilla el Maestro, en vano se pos- tra ante su discipulo; por mas que Jesus hable con las. obras, Judas guarda un silencio profundo, mirando con indiferencia las acciones mas expresivas, porque, obsti+ nado en su maldad, no piensa sino en ver tendidoen una cruz al que ahora ve postrado 4 sus piés. gQuién duda que Jesus, miéntras hacia esta accion humilde , dirigia . al corazon de Judas las palabras mas tiernas y penetran- tes? ;Quién duda que su hermosa frente se oscurecié y que de sus divinos ojos brotaron dos fuentes de lagrimas, he SN Sof: uf