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‘eno, antes que llegue aquel dia terrible en que me has-de pedir cuenta severa de lo que he gastado en dar pabulo 4 ja vanidad de los sentidos. 3.° Preparadas todas las cosas, y llegada la hora, se ‘senté Jesucristo con sus discipulos 4 celebrar la Pascua: el ornato esencial de esta mesa era el cordero sin man cha que debia comerse no quebrantando un solo hueso, _ .admirable simbolo por el cual prefiguraba cada aiio la Re _ Simagoga el gran sacrificio del Cordero de Dios que al- gun dia se habia de inmolar por los pecados del mundo. oo Jamas se habia celebrado una Pascua como ésta, donde se encontraban en contacto inmediato la noche y el dia, la figura y la realidad, la victima y el sacerdote; es el iilti- mo momento de la noche del pecado, y el primero del dia de la gracia; es la ultima Pascua acepta 4 la Divini- dad, celebrandola el mismo que la instituyé, como el tipo de aquel sacrificio que le seria grato desde enténces -y se le ofreceria en toda Ja tierra, y es la primera real y verdadera, porque va 4 consumarla en si mismo el sumo y eterno Sacerdote, que es al mismo tiempo la victima de propiciacion por los pecados del linaje humano. El gozo que Jesucristo tiene en esta ocasion , se des cubre en sus palabras. Es tal la ternura con que habla a sus discipulos, que les da el nombre de hijitos tiernos. (Joan., cap. xm, vers. 33.) Pero al mismo tiempo j qué pensamientos tan tristes atraviesan la frente serena de Jesus! Esta partiendo el cordero, y se considera 4 si mis- mo la realizacion de lo que El mismo haria; la escena triste iba 4 empezar dentro de dos horas, y antes de vein- ticuatro no habia de tener gota de sangre en su cuerpo, como acaecia al cordero que repartia. ; Amabilisimo Jesus! Lleno de dulzura para con sus discipulos,esta absorto en _ el pensamiento de su sacrificio, descubriéndolo en sus palabras, y comunicandoles 4 todos la tristeza que le agobia: «En verdad os digo que uno de vosotros me hade
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