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: 490 ao que fué compafiera inseparable del malo en la vida, acom- paiia 4 sus restos hasta el sepulcro; las virtudes que practicé el justo forman su epitafio y encubren sus res- tos, y los embellecen mas que los cincelados marmoles y los dorados relieves que inventé la vanidad para escul- pir en ellos la nobleza de las inanimadas cenizas. No ne- cesitamos de la historia para saber esta verdad; cada dia nos lo enseiia la experiencia ; cuando la justicia terrena condena al asesino 4 morir 4 manos del verdugo, aunque el sensible corazon:del hombre se conmueva al ver su sangre derramada en el cadalso, no puede ménos de exe- crar los crimenes del reo, y por una consecuencia nece-— saria, se alegra de que la autoridad judicial haya extin- guido 4 un malvado, cuyos aceros cortaran la vida & sus hermanos : horror causa el perverso en sus iniquidades, horror en el patibulo, horror en la muerte, horror en el sepulero ; su memoria es un espectro que aterra; su tum- ba es un lugar de maldicion, por donde no osa pasar el vulgo ; el verdugo solo lo condujo al palo, y el verdugo solo lo arranca de él; nadie, por pobre que sea, se acer- cara al cadaver ni le pondra la mano para no imprimir eterna infamia en su sangre, animada de nobleza, aun- que pobres paiios le cubran. Jesus ha muerto como un hombre de esta esfera; ha sido aprehendido con tropas del imperio romano; ha sido conducido al Concilio de Jerusalen y al tribunal de Pila- tos ; alli ha sido condenado como un enemigo del templo y de Moisés, como un blasfemo é infractor de la ley; - aqui lo han sentenciado 4 morir como 4 un sedicioso, perturbador y enemigo del imperio. ;Cuantos crimenes! Por perturbador y asesino estaba condenado a muerte Barrabas: por sus maldades son llevados al’ suplicio con Jesus dos ladrones, y mueren 4 su lado. ,Quién se atre- vera & tocar sus cadaveres sin quedar manchado para muchos dias? gQuién osara quitarlos del patibulo sin te-

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