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tan los azotes , las espinas y los clavos; es preciso que examinen de cerca la victima, que inspeccionen su cuer- po, que le insulten y ultrajen porque esta desnudo; esto hacen aquellos hombres ; gy qué hace Jesus? ;Oh amados mios! Detengamonos y contemplemos: el castisimo Je- sus padece las afrentas de la desnudez; para satisfacer & su Padre por las desnudeces escandalosas que vemos por esas calles, y aun en nuestros templos, padecia Jesus por nuestras obscenidades; padecia por esa llaga de todos los siglos que ha ocasionado tantos desastres al mundo; pa- decia para curar esa enfermedad de la lujuria, que ha -debilitado 4 los jévenes y degradado 4 los ancianos, y en- vilecido al bello sexo del siglo de la razon; por esto esta Jesus desnudo y afrentado : ha padecido en su cuerpo, ha. padecido en su alma, ha padecido tormentos, ha pade- cido ignominias, y, por fin, ha padecido hasta que, fal- tandole los alientos, ha entregado su espiritu; ha pade- cido sin abrir su boca, sin servirse de su divinidad para hacer prodigios; pero al ser elevado en la Cruz, al apare- cer desnudo, su Padre ha salido por su honra: el tor- mento era el mas espantoso, y no quiso Dios sufrirlo en cierto modo, porque el sol se retiré para no favorecer & la impia curiosidad; densas tinieblas cubren la tierra, para que el barbaro judio no pueda ver al Dios paciente, desnudo , con tanta afrenta. Murio Jesus. Concluydse el combate de la gracia con el pecado, de Dios con el infierno. ; Cuantos esfuerzos ha costado 4 Jesus el vencer al demonio! ; Cudntos esfuerzos ha hecho el demonio para vencer 4 Jesus! Se cargé Jesus con todos los pecados, y se vid agobiado con su peso tre- mendo ; sufrié ignominias y afrentas, falsos testimonios éirrisiones ; pero vencid. Se armé el demonio de todo su poder ; afilé todos sus puiiales; asesté contra el pecho de Jesus todos sus tiros, se atrevid 4 pelear mano 4 mano contra Dios, pero fué vencido; para ver la victoria de Jesus A TOMO Il. ; 8