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eso la sociedad, heredera solidaria de todo lo bueno que han hecho sus individuos, de todo lo sabio, y cientifico que han ensefiado, lo conserva como vaso precioso, siem- _ pre lleno de aromas, y lo abre de tiempo en tiempo para que éstos purifiquen el ambiente y fortifiquen 4 cuantos perciben la fragancia de la virtud y la sabiduria. 2st autem et multitudo gemmarum ; et vas pretiosum labia scientia. Sefiores, 4 fuer de lo que soy , aunque serlo no merez- co, confieso que abandono con pena esta catedra sagrada, porque ahora precisamente debia yo empezar el discurso; ahora deberia yo entrar en un campo verdaderamente de oro. Os he hablado de un principe de la literatura épica, ¥ de los que 4 su ejemplo descubrieron veneros de cien- cia, discurriendo por todos los objetos de la creacion, y puedo decir que he yiajado con vosotros por la tierra, fal- tandonos recorrer lo mas encantador del viaje, el cielo. Dispensadme lo largo del discurso, y dadme el consuelo de que os diga dos palabras sobre lo que , mas que. terre- no, es celestial. -. 4No os he de traer 4 la memoria 4 la princesa ‘de la hi-- teratura mistica, 4 la grande é incomparable Teresa de, Jesus, que abrié la era moderna de una literatura encan- tadora, dulcisima , suavisima y extasiadora de las almas? sNoos he de recordar 4su compafiero de trabajos, de ciencia, de virtudes y de glorias literarias, San Juan de la Cruz? Verdad es que casi no pertenece su memoria a la solemnidad presente, por cuanto sabemos cierta é in- faliblemente que no. necesitan expiaciones ni légrimas; pero, ya que no podemos tejer para ellos la guirnalda fu- nebre, formémosles una gloriosa, compuesta de flores in- mortalés , la cual se eleve sobre ese timulo y predique la sublimidad del fin eon que cultivaron las ciencias, que fué el de elevar las almas al trato intimo con Dios. i; Oh Espaiia, nacion gloriosa , pueblo privilegiado!