BCCPAM000591-3-10000000000000
rase de la sociedad esa peste de las lecturas venenosas? Por medio de poner en ridiculo las sofiadas aventuras, curé nuestro gran Cervantes la dolencia intelectual de su tiempo, y fuera de desear que hubiera hoy dia quien con- sumase una hazafia semejante. © Y asi tambien curé, aunque aplicando la medici- na de otra manera, la otra dolencia de sus contempo- raneos. Al lado de esa persona cuya suerte interesa tan vivamente, otra se vuelve tan interesante como ella, por que toma parte en sus locuras, no obstante que conoce que lo son. ;Oh libro admirable! vuelvo 4 decir. Este hombre, que no ha aprendido sino 4 desterronar los cam- pos, habla algunas veces como un filésofo, discurre como un sabio, pronuncia sentencias como un moralista, aparta 4 su sefior de lances temerarios, procura curar sus locu- ras con lecciones de prudencia que no dijera mejor un Caton 6 un Séneca. Pero él mismo esta padeciendo una enfermedad que es general: él suefia en grandezas que le esperan al lado de un. hombre 4 quien él mismo juzga por un dementado; él.cree que con el tiempo ha de em- ‘pufiar el baston del mando 6 de la magistratura, que se ha de encontrar con islas 6 continentes; él piensa... ; Ah! iG) sweria ex lo que suetian jos ambiciosos , [os codiciosos, los hombres en general no contentos con su suerte. | Digamoslo francamente, sefiores. No es éste el con— tagio general de la sociedad? gNo se adolece hoy, como enténces, del mismo vicio? g,No estamos viendo el es- tado turbulento del mundo, que, entre otras causas, debe su origen 4 esa hambre que devora 4 los hombres, de querer medrar en demasia, de intentar salir de la esfera en que la Providencia ha colocado 4 cada uno, y de sa- cudir el yugo del trabajo que Dios ha impuesto 4 cada hombre, y vivir en holganza, mas con los sudores del préjimo que con los que han de humedecer la frente de cada uno? Pues bien; nuestro inmortal autor de ese \ Ari i Nn ee ee ae ee
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz