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la dignacion divina. Sale el hombre de la nada, y entra en la categoria de los séres ; dasele un cuerpo que siente, ‘y se eleva sobre todos los séres visibles ; el alma que le da vida es espiritual é inmortal , y se parece 4 los ange- les; esta alma lleva en si misma la imagen de Dios , y hé ahi al hombre semejante 4 su Criador. Ya veis que el numero de donaciones toca 4 lo mas sublime, pues se pone el hombre en contacto con Dios. Pero gcémo se lla- man estos dones? Jesucristo los llama talentos, que El da & todos los hombres para que negocien con ellos mién- tras estan viajando por este mundo. ( Mat., cap. xxv, ver- siculo 15; Luc., xx, 138.) 4Y cémo ha de negociar el hombre con estos talentos? 4 Lo ha de hacer segun a él le plazca, sin atenerse 4 regla ni 4 ley, 6 segun se lo pres- criba quien le ha hecho esa donacion gratuita? La res- puesta no es dudosa. | Sefiores : he sentado ya el preliminar para poder nar- rar lo que apenas puede narrar un hombre, porque no ~ cabe, por su extension, en la capacidad Raaiteds de nuestro espirilu. Doy un vistazo rapido, nada mas, sobre los talentos que Dios ha derramado en nuestra patria, y me asombro : voy 4 hacer la enumeracion de algunos , y me SUEdEs 16 FUE ACORLECS A WHO FUE EXCAVA WH LérFenE para buscar una margarita, y se encuentra de repente con veneros de brillantes, de rubies , de esmeraldas y de topacios. 4Qué nacion es ésta, digo para mi, de cuyo seno han brotado los sabios como las plantas, y donde © la filosofia ha tenido sus mejores campeones, las cien- cias sublimes sus mejores’ maestros, y donde la poesia ha. dado vuelos tan rapidos, que parece que se traslad6 a este suelo el Parnaso de las Musas y el eae de los in- genios mas aventajados? _ Es ésta una verdad que, aun los mismos rivales del suelo de las bendiciones divinas, tienen precision de con- fesar. Eran tiempos de barbarie pagana y de ignorancia .