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404 que no haya sido criado para que sea sdbio; y si no lo somos todos, no es culpa del Criador, sino de quien,6 no da calor 4 la semilla que ha sido depositada en su _ Seno para que germine, 6 despues de producida la ger- minacion, la ahoga, 6 cuando la planta ha brotado flores olorosas y ostenta su fruto precioso, lo convierte en ve- nenoso y deletéreo. “El Sér infinito que da vida 4 cuanto existe fuera de El, es fuente de luz y de verdad, y no ha sacado de la nada una sola criatura sin que la haya destinado A su fin, dandola para su consecucion los medios adecuados. Y si esta criatura es racional y libre, los dones son mas su- blimes, mds atractivos y mas perfectos , para qué quede siempre justificada la Sabiduria infinita , y no se atribu- ya la falta de asecucion al Criador que aa ‘sino 4 quien no quiere corresponder. Esta fuente es siempre una y siempre inagotable; pero existen en ella ciertos tesoros, _ dice San Agustin (lib. x1 De Civit. Dei, cap. x), tesoros inmensos é infinitos de las’ cosas inteligibles ; y en estos tesoros se encuentran las razones indivisibles é inmuta— bles de todas las cosas, aunque éstas sean divisibles y mudables, que han sido hechas por ella. Todos bebemos de esta fuente, aunque unos 4 torrentes, otros 4 sorbos, y otros 4 gotas. ‘ Basta saber para qué hemos nacido, para comprender que todos estamos llamados 4 ser sdbios: «No hemos nacido, dijo 'Lactancio redarguyendo 4 Anaxagoras, para ver el sol y el cielo, sino para que, viendo las cosas he- chas, Yeamos y miremos al que las hizo y lo retengamos —ennuestra mente; pues por eso , entre todos los animales, sdlo nosotros’ andamos levantados , para que sepamos que el bien sumo vive én lo tnds alto que vemos.» (Lactant:, li- bro m1, capitulos tx'y x;)Yo° pregunto: § hay algun hombre que no beba en este manantial de las ciencias? Habiendo sido impresa en cada uno de los’ hotnbres la luz del rostro