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vl fE k ys ea 2 fe ;: caracteristico, por llevar impreso el sello de la mayor sa- biduria; pues confesais en él-ptiblica y solemnemente el dogma de la inmortalidad de nuestras almas, y ademas haceis una profesion sincera de todos los dogmas de la Religion catélica. Este acto, repito, es caracteristico; pero caracteris— tico de lo que es Espafia y de lo que somos sus hijos, Cuande unaasamblea de varones sabios, encargada de conservar los monumentos del saber, viene al sagrado recinto & ofrecer al Altisimo un. sacrificio de expiacion por los mismos sabios cuya ciencia reconoce y admira, confiesa'con humildad cristiana que, por sublime que sea la ciencia humana, puede mancharse con el lodo de la tierra donde habita. Y éste es precisamente el carac— ter del verdadero sabio, que no lo es, ni puede serlo, si no reconoce swignorancia; si, como decia Jesucristo , no tiene la sencillez de un nifio, pues sdlo 4 los parvulos revela Dios los secretos de su. sabidurie. (Mat., cap. u, vers. 28.) Pero se ex tiende 4:mas el caracter paella que pre- senta esta solemnidad, pues es la condenacion - anual, ptiblica y solemne del protestantismo y del materialis~ mo; del protestantismo, que rompe toda comunicacion entre los hijos de una misma madre que viajan por la tierra y los que han pasado al. mundo de los espiritus, . y, 6 bien estan purgandose de algunas manchas para pe- netrar en el cielo, donde no entra quien no esté tan puro como la luz, 6 bien viven yaen él mismo cielo, alabando a Dios y rogandole por sus hermanos; del materialismo, porque, al derramar una lagrima sobre esa tumba con— memorativa de nuestra mortalidad, confesamos todos que, si bien desaparece de este escenario del mundo ma- terial todo lo que es materia, no desaparece lo que per= tenece al mundo’ moral. Seevapora el cuerpo, se pudren los ricos trajes , se esconde el oro, se ocultan las pedre-