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s aguas, al estruendo de los truenos y 4 la suave melodia. de mil arpas, manejadas habilmente por otros tantos ¢ar-- _tistas. (A poc. , cap. XIV, Vers. , 2.) Es esta la ocupacion que tienen los angeles y los Santos en el cielo, sin que pueda interrumpirla ninguno- dé cade bockdedaas que nos tienen en la tierra del des- ‘tierro en esa triste alternativa en que vivimos los morta- es les; porque alli no hay ni puede haber Ianto ni clamores | _ de pena ni dolor, por haber pasado los que alli moran . del'destierro 4 la patria, del combate 4 la victoria, del : sufrimieuto a la corona, del estadio & la recumpensa, y del martirio 4la aureola. Alli alternan los angeles con los hombres, y los hombres contestan 4 los angeles; los. _ hombres estén oyendo aquel inefable cantar que Isafas oy6 4 los serafines; y apenas han concluido éslos la es- emaee trofa misteriosa, entonan ellos el suyo, pues es propio de los que han sido comprados de la tierra, de aquellos que no se contaminaron, y en cuyos labios no se halld mentira. (Apoc., cap, xiv, versiculos 4 y 5.).Santo , San- to, Santo, dicen los primeros; Seior Dios de. los ejérci- tos, lena esti la tierra de su gloria (Is., cap. Vi, vers. 3); yal momento, conmoyidos de gozo los quicios de las puertas de zafiro y esmeralda, y llena la casa de Dios de suavisimos vapores de gloria, resuena todo su ambito Ba con la respuesta de todos los justos, que dicen asi: |. Grandes y admirables son tus obrus, Setor Dios Todopo- _» deroso; justos y verdaderos son tus caminos juh Rey de los i _ -Siglos! éQuién no te ha de temer joh Senor! 4Quidn no ha 7 Bo de ensalzar tu nombre? 40h goces del cielo! ;Oh grandezas de la. patria! Yo os contemplo y os saludo; pero no puedo describiros, por- que ni ojo vid, ni vido oyd, ni corazon humano puede ras— trear lo que Dios tiene preparado para los que le aman. | (I Cor., cap. 1, vers. 9.) Entre tanto, mis amados her- ~~ manos, si no puedo describiros lo que pasa enelcielo, x Be eee Bie: