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XVII. 4No hay motivos poderosos para alabar al Sefior en este dia? No los hay para bendecir al que saca luz de las tinieblas y se sirve hasta de las pasiones de los ma— los para el aumento de su gloria? Vosotros mismos, mis amados oyentes, sois una prueba convincente de esta verdad: vosotros habeis redoblado vuestro celo joh dig- nos ministros de Jesucristo! para atraer al centro de la verdad 4 los extraviados, y sostener en la fé a los débi- les: vosotros, amados fieles, y digo esto 4 cuantos me oyen, ancianos, jévenes, niflas y sefloras adultas, vos- - otros os habeis convertido en apdstoles de la verdad, y andais por todas partes combatiendo contra ese ménstruo del protestantismo, y lo conjurais con vuestro celo para que se vaya a tierras lejanas, alraviese los mares y vuel- _ va 4 los pueblos de donde ha venido. Y cuando tanto os esforzais en gritar al etititine y decirle: Vade retro, Satana! cumple a mi ministerio ani- maros para que continueis en esa guerra & muerte que le habeis declarado. Guerra é muerte, pues , os repito; pero esa guerra ha de tener por armas la caridad, se ha de ex- presar en obras no interrumpidas de piedad, y en des- preuderos de una parte, aunque sea médica, de vuestros intereses terrenos, para aplicarlo 4 esa gran empresa. Guerra @ muerte al ménustruo, vuelvo a decir, la cual ha de tener por objeto el ir arrancando poco 4 poco de las ~ escuelas y capillas hereticales 4 ¢uantos los herejes han engatiado, para que aquél, viéndose despreciado, huya de este suelo clasico del Catolicismo, y nos deje vivir en paz y en la felicidad que he tenido la Espafia en ser una en su Dios, una en su fé, unaen su baulismo , una en su catolicidad. - Sea, pues, bendito el Sefior por sus misericordias; y