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dido en el orbe entero, la que ha animado 4los sabios, la que ha laureado sus frentes con Ja guirnalda, la que les ha dado mitras , capelos, tiaras, diademas, gloria y | honra, sin mirarmas que 4 la virtud, al mérito, al saber. Muchas riquezas ha aglomerado el protestantismo, contando el oro por montones muy prominentes, es ver- dad. Pero esto es precisamente la prueba de que ha caido en la idolatria ,en esa idolatria que hace de cada enten- . dimiento emancipado de la autoridad divina un nimen a quien se adora, y de cada cuerpo un idolo semejante al que habia en Babilonia, para el cual no bastaban cada dia doce arrobas de harina, cuarenta ovejas y seis anfo- ras de vino, pues se decia que lo devoraba todo. (Dan., cap. xtv, versiculos 1 y 2.) Recordad , amados hijos, aque- las tentaciones que el demonio sugirié 4 Jesucristo: en ‘la tercera le invité 4 que viese la gloria de muchos rei- nos, su imperio, sus riquezas y sus regalos, atreviéndo~ se @ decirle que se lo daria todo si, cayendo, lo adora- ba. {Matth., cap. tv, vers. 9.) jInsensato Lucifer! Se lo daba todo 4 Jesucristo, con tal que se degradase en la mas asquerosa idolatria, y lo adorase a él, en vez de ado- rar d Dios: Hec omnia tibi dabo si cadens adoraveris me. Es ésta en general la recompensa de la apostasia de la fé; como que, despues de renegar el hombre de Dios, no repara en los medios para adquirir , y lomismo despo- ja al huérfano y 4 la viuda, que al amigo, al vecino, al Estado ; con facilidad adquiere riquezas ; pero éste es el premio temporal que Satanas suele dar 4 los que lo ado-. ran 4 él, hollando la autoridad de Dios y de su Iglesia, y adorandose 4 si mismos:.Hec omnia tibi dabo , si cadens adoraveris me. Y bien claro se echa de ver este verdadero fendmeno sotial, pues vemos 4 cada paso que los hom=_ bres de las revoluciones suelen ser por lo comun gentes sin riquezas antes de formarlas, y al poco se les ve abun- . dando en oro, en comodidades y en lujo deslumbrador,