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nion de los fieles cuando se atrevian 4 contracr enlaces incestuosos, 6 tenian concubinas con escandalo del rei- no, 6 se levantaban contra los derechos de la Iglesia y de ‘su Cabeza visible: alli, por fin, se veia que en todas épo- cas los Obispos habian sostenido el derecho y la justicia delante de los Soberanos, y en Jas Asambleas de Jas na- ciones, atacando las leyes injustas que causaban detri- mento al pueblo, abogando por éste para defenderlo de las. tiranias del feudo, 6 de las arbitrariedades de los Reyes que se olvidaban de su deber, 6 de. las violencias de los barbaros y de los conquistadores, miéntras que para bien de todos escribian tratados de buen gobierno, de politica sana, de leyes, de los derechos de la autoridad y de los deberes de los stibditos, y del modo de ser todos felices. en el tiempo y en Ja eternidad. Esto hicieron los Papas y los Obispos, y tambien di- remos aqui, para dara cada cual su honra, que les aya- daron los Reyes Santos, aquellos Reyes que reconocian la autoridad del Vicario de Cristo sobre ellos mismos; aquellos Reyes que detestaban el cesarismo, ynose em— — pefiaban en gobernar ta Iglesia de Cristo y sujetar & los Obispos 4 sus caprichos; aquellos Reyes que se llamaron Canuto de Dinamarca, Roberto de las Galias, Eduardo de ‘ Inglaterra, Enrique de Alemania, Estéban de Hungria, Luis de Francia y Fernando de Castilla. XIII. Con este trabajo improbo y duro, pero-constante y continuado sin interrupcion, habia llegado el Occidente& ~ ese grado de civilizacion cuando salté en medio de él el monstruo de la division. Los ;anegirizadores del protes— tantismo diran cuanto quieran sobre los resultados que le atribuyen, dela civilizacion novisima, que por muchos - -esfuerzos que hagan nunca lo limpiarandela mancha inde-