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cria 4 su sombra, una la planta parasita que se abraza & sus ramas , y cada una de las cosas es una, porque tiene su esencia y naturaleza propia y distinta de las otras; pero todas ellas forman una gran unidad, la unidad del mundo material; rémpase por un momento esa unidad; admitase la hipdtesis de que los orbes planetarios se muevan aisladamente , y sin conservar las leyes de atrae- ben muitua y de dependencia , los unos de los otros: des- tniyase esa conexion intima que tienen en la tierra los tos entre si; empéflese uno en que haya fuentes sin filtraciones de lo alto 4lo bajo, 6 sin vias subterraneas por donde marchan las aguas saliendo de los lagos, 6 rios que no salgan de los vapores del mar conyertidos en nu- bes, y éstas en aguas que caen sobre montesy oteros, para caminar 4 un cauce comun, y volver al Océano de donde salieron; obstinese en que la planta parasita suba como. la palma, que las hayas nazcan en médanos de arenas, y que la yerba crezca sobre los 4ridos. riscos; hagase todo esto, rompiendoesa unidad del mundo y esa armonia que guardan los fluidos con los sdlidos, los sé- res pequefios con los medianos, y éstos con los mayorer, y el mundo se convertira en un caos. Y es esto precisamente lo que hizo el SeuteiianGemo, rompiendo la unidad que Ja Iglesia habia formado de to- dos los pueblos, y por medio de la cual los habia civili- zado ya en grado. mayor, y continuando en los mismos medios, los hubiera perfeccionado hasta tocar al grado de que es capaz la sociedad ,; atendida su condicion. «Nin- gun mal, habia dicho Platon (lib. v, De Repudl.), es mas pernicioso para una ciudad que el dividirla, haciendo muchas de una: y el mayor bien que se le puede hacer _ en. sus excisiones es. vencerla y volverla 4 su unidad. » Una vez establecida ésta, se establece el bien y la perfec— _cion; porque en realidad, segun la doctrina de Aristéte- les (lib. 1, #thic., cap. vi), ninguna cosa es buena y ' ‘S if Tae \

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