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439 ; -Despreciada tan desvergonzadamente la autoridad di-. vina, no podian salir bien paradas las humanas; contra. ellas predicaban sin cesar los protestantes, y miéntras el maestro de todos vertia contra ellas especies sedicio- sas en conversaciones, €m sermones y en peroratas , sus discipulos se encargaban de ir propalando por las ciuda- des los nuevos dogmas de emancipacion de todo poder, divino y humano. Proclamése enténces la libertad, y cu- brieron con este velo los sectarios toda su malicia. «La li- bertad evangélica, decia Nicolas Stork, discipulo fiel del heresiarca,; nos autoriza 4 no hacer caso de nada del mundo. La naturaleza nos ha hecho a todos libres y her- manos, y ha puesto comunes todas las cosas. Justo es per- seguir & sangre y fuego a los principes y magistrados, que son meros tiranos, y apoderarse de los bienes de los Obispos, parrocos:y monasterios, para cortar el abuso 17 de ellos hacen. ' Segun las doctrinas que propalaban aquellos fanati- cos, nadie tenia derecho 4 mandar en la sociedad, si no era predestinado: y el pueblo lo tenia tambien para mu- dar de gobierno, siempre que le agradase, y para emba- durnar la majestad con el cieno de las injurias. Y asi lo hizo el heresiarca con el rey de Inglaterra, que tuvo la vanidad de poner su nombre 4 una obra que trataba sobre los siete Sacramentos, la cual le merecié el renombre de Defensor de la fé, aunque, léjos de defenderla, la destru- y6. Cay6 el libro en manos de Lutero, y su contestacion se redujo 4 tales insultos, que el pudor no permite refe- rir aqui. é Puede darse una proclamacion mas solemne de la so- berania del pueblo? ¢Podia decirse con mas claridad que la autoridad es una tirania, y la posesion de bienes por _ la Iglesia una usurpacion y una injusticia? ,Podia pro- clamarse mds altamente la. emancipacion del hombre en el 6rden politico, en el religioso y en el moral? Segun