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producir el orden social. Si; la precedencia en tiempo, la generacion y la educacion natural, hacen que el padre sea siempre mayor que el hijo, sea su desigual, tenga sobre él el imperio de amor que Dios le diera y la naturaleza, sin que ninguna ley pueda mudar lo que por su natura- leza es inmutable. De aqui deduciremos franca y legitimamente que Dios no pudo cimentar la sociedad humana sino poniendo por fundamento la desigualdad moral y social de hombre 4 mujer, de padres 4 hijos, de mayores 4 menores; pues asi como en érden 4 la creacion tio hay acepcion de per- sonas en la mente de Dios respecto de los séres de una misma especie, asi en 6rden a la existencia del hombre en la sociedad de que necesariamente es miembro, hay una acepcion real y positiva, y una desigualdad comple- ta, que no es posible borrar, 4 no ser que borremos los principios de la sindéresis que tenemos todos los hom- bres; a no ser que digamos que Dios quiso que existiese la identidad é igualdad entre la causa y el efecto, entre el producente y el producido, entre el primero y el se- gundo, lo que repugna aun 4 la misma filosofia natural que no ha sido ilustrada por la revelacion. Asi es que cuando el hombre concluya su carrera mortal, al entrar en el seno de la eternidad, se ha de presentar al mismo que lo crid, y le ha de dar cuenta exacta del cumplimiento de sus deberes, juzgando Dios a cada cual con la desigual- dad del destino que ocupé en la sociedad humana, no pudiendo examinar ni juzgar al padre por hijo, ni al hijo por padre, ni al mayor por menor, sino cada uno segun su estado, su condicion y sus obras; y cierlamente sa- bemos que el padre ha de ser condenado por no haber cuidado de la educacion natural y moral del hijo, el hijo por no haber obedecido y por haber faltado 4 sus proge- nitores; el amo sera castigado por no haber cuidado reli- ‘giosamente a [su siervo, y el siervo por no haberle sido a Z .

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