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110 con detencion, examinad cuanto en ét se dice, y deduci- _reis que Dios no ha criado 4 ningun hombre para conde- narlo, sino para llevarlo 4 la vida eterna. Eran los tiltimos dias de la vida de Jesucristo; para dar 4 sus discipulos sus saludables avisos, se sirviera de varias parabolas; de repente muda de lenguaje, desaparecen las figuras y . tipos, empezando 4 hablar de un acontecimiento futuro, describiendo todas sus escenas con la misma realidad que han de tener. «Sentado el Juez en su trono, dice Je~ sus 4 sus discipulos, asistido de sus angeles, hecha la separacion de buenos y malos, puestos aquéllos 4 dere- cha y éstos 4 izquierda, dirigira el Rey de los cielos la palabra 4 los primeros, y dira: «Venid, benditos de mi »Padre, poseed el reino que os esta preparado desde el es- »tablecimiento del mundo; » y vuelto 4 los segundos, les hablaré tambien con voz de trueno y rostro airado: «Apar- »taos de mi, malditos, al fuego eterno, que esta apareja— »do para el diablo y para sus angeles.» Hé aqui la des- cripcion del juicio final, despues del cual unos iran al suplicio eterno, otros 4 la vida dichosa. Aqui, sefiores, no sdlo habla un Dios infalible, sino un Juez que estd sentado en su tribunal, examinando la gran causa de la humanidad ; querer poner en su boca la anfibologia y los discursos hiperbdlicos al dar una senten- cia de vida 6 de muerte, seria hacerle ménos favor que 4 cualquier juez de la tierra; las palabras de Jesus son claras, sencillas y sucintas, de modo que no tienen otro sentido que el literal. 4Qué dice, pues , este Juez infali-— _ ble? Afirma, en presencia del cielo y de la tierra, de los angeles y de los hombres, que el reino del cielo esta pre- parado para los justos desde el principio del mundo; afir- ma que el fuego del infierno esta aparejado para el diablo y sus dngeles: Possidete regnum paratum vobis a consti- tutione mundi. Ite in ignem eternum, qui paratus est dia- bolo et angelis ejus. Si; para el diablo y sus angeles dice 7 ¢ E ¥ i a i