BCCPAM000591-3-10000000000000

107, . bia decir que, arrebatado al paraiso, oyé pilabial secretas, que al hombre no es licito hablar. Tambien os dira que ni el ojo vid , ni la oreja oyé, ni ocurrié jamas al corazon humano lo que Dios preparé para los que le aman. Pre- guntadle sobre el sujeto de esta gloria, y os respondera que este cuerpo corruptible se revestira de gloria é incor- ruptibilidad ; que como fuimos en nuestra peregrinacion unos trasuntos del Adan terrenal, lo hemos de ser en la resurreccion del Adan celestial, y que, hermosos y es- plendentes, tendremos en nuestra mano la bandera de la victoria, gritando enténces 4 la muerte y diciéndola: «Dénde esta tu victoria? ,dénde tu aguijon?» Preguntadle sobre esta morada de los justos, y os dira que no se pa- rece en nada 4 lo que vemosy ‘palpamos ; que aquella Je- rusalen celestial no es como las ciudades terrenas , donde no viven sino hombres esclavos, porque estan todos su- jetos 4 un cuerpo corruptible; que los arrastra al mal, miéntras allf este cuerpo sera de una naturaleza espiri- tual. Haced la misma pregunta al solitariode Pathmos, y os respondera que vié ala Jerusalen santa del cielo ador- nada como una esposa preparada para su consorte; sus puertas son margaritas; sus muros de jaspe, de zafiros, . de esmeraldas, de rubies, de topacios, de jacintos y ama- — tistas ; un rio caudaloso recorre aquella ciudad y la ame- niza, del cual bebera el justo tan pronto como llegue 4 la muralla de esta ciudad, y quedara inebriado c n su inde- cible sabor. ,Quereis saber mds sobre este objeto, sobre el sujeto y el lugar? Anhelad por llegar 4 esta celestial Jerusalen,y este mismo anhelo sera vuestro maestro; entdnces las mayores bellezas de la tierra os parecerdn fealdades; los mas preciosos tesoros, basura; todo os dira sin cesar: «No teneis aqui ciudad ni morada permanen= te; vuestra habitacion es el cielo.» Non habemus, etc. Yo prescindo, pues, de la hermosura divina, de la di- cha de nuestras almas, de la gloria de nuestros cuerpos,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz