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SERMON DOGMATICO SOBRE. LA EXISTENCIA DE LA VIDA FUTURA, Non habemus hic manentem civitatem , sed_ futuram inquirimus. No tenemos aqui ciudad permanente, mas buscamos la que esta por venir. (Haspreos, cap. xi, vers. 14.) Como el viajero que en medio de una rapida marcha se encuentra, sin pensarlo, con una encrucijada que le hace detener sus pasos 4 examinar cudl sera el camino verdadero para llegar al término deseado, se halla mi es- piritu en este momento. Pretendo hablar de la gloria del paraiso; y son tantas las grandezas que me salen al en- cuentro al pronunciar sdlo la palabra cielo, que me veo obligado a bajar las velas-al débil bajel de mi espiritu, y mudar de rumbo , porque temo dar entre escollos. E] ob- jeto, el sujeto, el lugar; hé aqui tres puntos bien difici- les de comprenderse: el objeto es Dios, el sujeto es el hombre, el lugar es el cielo; Dios es incémprensible; el hombre, aun en esta vida, es un misterio, es un sér grande, noble, sublime, cuyas operaciones sélo son co— nocidas perfectamente de Dios. 4Cémo es posible que -comprendamos lo que ha de ser este sér en estado de glo- ria, si apenas podemos descifrarlo ahora que es mortal? El cielo jay! el jardin de la casa de un principe, con sus variadas fuentes, cascadas, bosques, calles, flores, pa- \