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otros como las aguas cristalinas que purifican cuantas in- mundicias encuentran en su transito ; si abrimos nuestro corazon ala gracia, que siempre est4 pronta, aunque esté mas empedernido que un diamante, Dios lo convertira en ceniza ; aunque se halle mas heiado que las regiones glaciales del Norte, Dios enviara su soplo divino, y con mas facilidad que los vientos meridionales deshacen el hielo, la ablandara y la calentara, y aun la abrasara con los fuegos de su amor. Nuestra salvacion, pues, esta en nuestras manos : aprovechémonos de tanto bien como Dios nos dispensa; conozcamos que Dios nos puso en esta vida para que caminemos 4 nuestra verdadera pa- tria , en donde estén los tesoros inestimables que ni el ojo vid, ni el oido oyé, ni el corazon humano pudo apre= ciar, porque se hallan escondidos ; pero no por eso dejan de estar preparados para los que aman 4 Dios. jSi, mi Dios! Nuestro corazon esta en vuestras ma- nos ; renovadlo con vuestro poder ; sélo Vos haceis de los pecadores hombres justos y santos ; sdlo vos sacais luz de las tinieblas ; infundid, pues, en ellos un deseo vivo de amaros; penetradlos con los rayos de vuestra gracia, © y con esto los obcecados veran la verdadera luz, los | obstinados lloraran sus extraviados caminos, y todos 0s amaremos en esta vida, para gozar de los bienes que nos estan preparados en la otra, que deseo 4 todos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo: Amen. ~