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El tercer apéndice contenía el ritual para la imposición del hábito y de la profesión de las hermanas. Algunas de las disposiciones contenidas en es­ tos estatutos hubo necesidad de modificarlas o suprimirlas, conforme a posteriores disposiciones de la Iglesia y a la prudencia y experiencia adqui­ ridas. Pero en lo esencial permanecen losmismos estatutos. En todo caso el os expresan y contienen el ver­ dadero espíritu de laCongregación, alcual deberán acomodarse todas y cada una de las pertenecien­ tes a la Congregación. La que no se acomodare a este espíritu podrá tener el espíritu de otra con­ gregación pero no el de las misioneras francisca­ nas del suburbio que son expresión de la voluntad de Dios. Por eso no estará de más recordar las palabras siguientes contenidas en estos primeros estatutos: «Todas las gracias que el Señor tiene dispuestas conceder a las misioneras franciscanas del subur­ bio han de pasar por medio de la observancia de estos estatutos.» Aprobado el Instituto como congregación reli­ giosa,se nos pidióde Roma por la Sagrada Con­ gregación de Religiosos que redactásemos otros nuevos estatutos o constituciones en conformi­ dad con las nuevas disposiciones de la Iglesia y según la experiencia nos había aconsejado, con­ servando su espíritu primitivo. Y asíse hizo, como más tarde veremos. 57