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Sobre la exístencia.de Dios. 25 lo hemos visto: suponiendo que existe nos re- sultarian las ventajas y utilidades mas evidentes, como. lo hemos tocado. ¿Qué resta , pues , sino proferir con la boca , confirmarlo con el cora- zon y sellarlo con la sangre de nuestras venas: que sí , que es verdadera la existencia de Dios? Y esta es una verdad que se procurará de- mostrar en el Sermon siguiente hasta la misma evidencia. Temblad pecadores , porque en las ma- nos de este gran Dios habeis de venit á caer, y si os halla sin penitencia , vuestra pérdida eterna es irrevocable. Alegraos justos , porque desde los brazos de este amable Dios, será colocada vuestra alma en los descansos de la eterna Gloria, Tomo I. D