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8 << Sermon L habia Dios (5). Sin duda era un sábio segun la carne ,:4 quien. sus desórdenes habian infatuas do. Sin duda luchaban con todo empeño en: su corazon las luces de su. razon, -y «las tinieblas de la incredulidad. Las primeras le mostraban irresistiblemente la existencia de Dios que crió todas las cosas, que las conserva con admirable órden. y armonía... que. condenastodos,los vicios, y que ama y premia todas las virtudes. Las se- gundas pretendian tener imperio:en el corazon sin los remordimientos del espíritu. Si las primeras vencian era menester poner freno: 4: las. pasionesy si las segundas triunfaban era preciso ésclavizar: con evidente injusticia las luces de la razon. Ésto parecia muy repugnante, pero es del todo ne- cesario al que pretendiere ser vicioso por sisté- ma..Ved por qué el Espíritu Santo sigue dicien= do , que, se: habian: corrompido y.hecho. abomi- nables en sus estudios. Dixit ¿nsipiens in corde suo ; non est Deus... corrupti sunt et abomina= biles facti sunt in studiis suis. Mas há. de dos mil y ochocientos años que sucedió lo que os estoy refiriendo, amados chrisw tianos mios:, y parece muy extraño-que despúes de tantos siglos aparezcan en nuestrós dias unos hombres tan,blasfemos en sus palabras , tan cor= rempidos en. sus costumbres , y tan abominables en sus pretensiones , que no.ya como aquel. anti- guo insipiente en €l secreto de su corazon , sino de viva voz y por escrito se atrevan á proferir (6) > Psalaí Eg. Va 1. et seq.
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