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392 Sermon XIT. peste en la-sociedad y una ruina en- vuestra casa, Tales sons christianos mios, esos incredulos que pretendenique penseis como ellos piensan en mate- ria de religion. Despreciadlos , y les cefrareis la boca. Ellos sonincredulos por vanidad, y el medio mas á propósito para convertirlos , Ó disminuir á lo ménos su número , es manifestar lo, que ellos son:, llenandolos de oprobrio. Pero ¡ay! yo me engaños; Quando callasen Jos incredulos vanos, no-callarán los incredulos libertinos. Y.wed aquí la tercera y última causa de su incredulidad, _Libertinage de los incredulas.:..: ¡Verdad terrible! Pero verdad , que con re= petidos exemplares nos enseña cada dia la expe= riencia, Verdad , que ella sola demostraria nues« tro asunto , quando careciéramos de las pruebas que dexamos insinuadas. La religion «de Jesu= Christo es bastante luminosa para disipar las ti- nieblas de la ignorancia , sino estuvieran acom= - pañadas de la. corrupcion: de las costumbres : el grande interés delas almas sobre su eterno des= tino, que ella tan magestuosa/y pavorosamente enseña , humillaria su vanidad , y la llenaria de un provechoso desengaño ; pero todo es perdido guiando para favorecer á la irreligion se reune el libertinage (4 la vanidad y '4 la ignorancia Para un pequeño: número de incredulos, que pasaron desde. el error á los vicios ¿ se halla un prande exército de ellos, 4 quienes los vicios precipita ron envlos: errores. Del amor de los placeres cris A el Y
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