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Contra las causas dela incredulidad. 369 los bellos espiritus y los ingenios sublimes, y como la tierra se hallaba proporcionada por sus desórdenes para recibir esta nueva doctrina; y la ocasion , el lugar y -el derrame. de los sentidos contribuían para el intento, aunque al principio cause alguna extrañeza , y no se adop- te del todo, las pasiones acaban luego lo que la seduccion habia comenzado. Y -ved ahí como se aumenta cada dia la miserable tropa de in- crédnlos subalternos: asi se va multiplicando la tibieza de la fé, asi se va ignorando la san- ta Religion. Sus razones no se pesan, sus prue- bas no se exáminans el corazon ama la nove- dad , los apetitos están á favor de la libertad, resisten la sujecion de la ley , y repitiendose las lecciones salen en pocos dias maestros de la maldad los que eran discípulos del error. Sigamos todavia un poco los progresos de este fatal contagio. ¿Pensais vosotros , christia= nos mios , que él no puede comunicarse á las personas del sexó fragil? ¡Ay! Como los se- ñores incrédulos son mas freqiientes en las asam- bleas Ó concurrencias. de las jóvenes , que. en las sagradas funciones de los templos, profie- ren en su presencia varias de sus expresiones, esperando que sean admitidas de alguna presumi- da de sábia , y nada dedicada á la oracion , á la labor de manos , y al cuidado y gobierno de la Casa. En efecto, no se equivocaron en.el pen- samiento. No hay modestia en los.yestidos , las expresiónes libres con que,se explican, el deseo de leer en los libros las frases seductoras que ha ¿ae = ' ás A o A