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Contra las causas de la incredulidad. 318 aquella, que no solo: expone las verdades pro- puestas por la Iglesia , explicadas por los PP. y definidas en los Conciliosy- sino que redu= ciendolas Á: riguroso método escolástico estre- cha á los contrarios, sacando conclusiones cier= tas de antecedentes verdaderos y concedidos; aquella en fin, que regula las costumbres de los hombres, dirigiendolas por el camino de: la ho- nesto. y lo virtuoso , para que todos consigamos el fin dichoso para que fuimos criados; esta doctrina sagrada, esta sabiduría verdadera no entrará en el alma malévola de los incrédulos, dice el Señor. Dioside dos .exércitos: In male- volam animam non introibit sapientia. Ellos por su ignorancia criminal y afectada la descono- cen , y por su vanidad y orgullo la desprecian, El santo temor de Dios; tan opuesto á su al- tanería ,»es el principio de'esta sabiduría - del cielo, ¿cómo podrá habitar en unos espíritus esclayos del pecado? La huida de'todos los desordenes, el destierro de todos los vicios es una condicion precisa de esta sagrada inteligen- cia. Su vanidad loca los excluye para siempre de su posesion, mientras no abandonen su te- meridad , y vivan virtuosamente. A vosotros , christianos mios muy amados; revela Dios estas grandes verdades por la pu- reza de vuestra fé., la sencillez de vuestro Cos* razon, y la humildad de vuestro espíritus que tan agradables son al: Señor ; y niega; escon- de y oculta estos necesarios. conocimientos á los arrogantes soberbios ; que me de una vani-, r2 lin A tl PA PA >. z s A e