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250 vos ikSermón TX: á las sustaficiás inteligentes. Dad gloria á Dios, porque “ha “criado” espiritualés vuestras almas: dadle «honor , culto y reverencia , porque las ha criado para fia “dichoso que durará por'toda la eternidad No lo dúdeis; christianos mios , Por- que ellag són inmortales, son indestructibles, y durarán á la pat del Ser Eterno. ¡ Qué consuelo pata el yirtuosó! ¡Qué causd para Mes de hor- tor á lós pecadores! ¡Un alma eternamente fe- líz, 6 eternáménte desdichada E Nosotros así lo Ereemos. Peró no lo creen los materialistas , y es menester probada irresistiblemente. lol E $ rv. fi y ' 2 e CAE He dicho , christianos oyentes, y lo vuelvo á repetir, que nosotros creemos la inmortalidad de nuéstras almas , y que no dudamos, ni pode- "mos' “dudar esta verdad que nos enleñá nuestra sánta religión «como ún artículo fundamental é infalible: Pero aunque” creamos esta verdad ¿ón úna fé divina ¿ nosé nos prohibe el probar- ta' como Filósofos con la razón humana. Esto es tanto mas necesario en núestros tristes días, quanto los materialistas se empeñan en pu harla. Debemos , pues , decirles para evitar toda equivócacion, que distinguimos dos suertes de inmortalidad. Una esencial, y natural la otra. La primera es una necesidad absoluta de exis- tir, nacida de la esencia misma del sugeto en quien se: halla , y á quien le repugna esencial- mente la no existencia. Esta eS se

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