BCCPAM000546-3-25000000000000

De la inmortalidad del alma. — 238 interese que nuestra alma , y nada nos es mas im- portante que conocerla bien. Debemos estudiar su naturaleza , debemos observar sus operaciow nes , para adquirir por este medio una: ciencia experimental de este sér interior que anima nues- tro cuerpo. Usemos , pues, dela razon con toda la rectitud que podamos , y por ahora no insista= mos en presentar mas divinos oráculos de las san- tas Escrituras , definiciones terminantes de los Concilios Vienense y Lateranense, ni sentencias claras y expresas de los Santos Padres : hable la razon sola, y pues tanto pretenden los incredu= los tenerla de su: parte , demostremosles su error; y hagamosles ver con los propios ojos de su en- tendimiento la libertad de su alma racional, la inmaterialidad , la espiritualidad y la inmorta- lidad. 3 Abran los ojos los incredulos á la luz de la razon, ya que los cierran obstinados (¡ó6-Dios y Señor de las virtudes!) á las luces de vuestra fé, Rey inmortal de los siglos, que obrasteis la salud en medio de la tierra , concedednos esta gracia, pues sois nuestro Criador , muestro Gobernador, nuestro Redentor , nuestro Salyador , centro y esposo de nuestras almas , último fin y término de los deseos de nuestro corazon. Vos sois nues- tro Padre, nuestro Señor , nuestro Maestro, nues. tro Pastor, nuestro: Médico , nuestro Defensor y todas las cosas. ¡ Dios mio y todas las cosas , elá» maré con mi Padre San Francisco , Dios mio y todas las.cosas! Vos sois mi tesoro, mi heredad, mi esperanza , mí riqueza, mi alegría, vida de Gga

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz