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220 mn Sermon VII: tan iluso en,esta parte ; son tantos los dispara- tes: y. despropósitos: que se creen como milagros yi:se publican como «prodigios ,.que: todo: buen juicio debe ,despreciarlos como: ilusiones, -deli= rios y supersticiones. Y a entramos en nueva ma- teria , y es menester:tratarla con solidéz en esta Ñ an "SEGUNDA. ao Desde hiegó convenimos en que la vana ere- dulidad , la supersticion y la ignorancia de las fuerzas de la' naturaleza, y el ningun estudio de la sarta religión ha ocasionado losextravíos de la razon, y' que no pocas personas gradúen de milagros las ilusiones, y tal vez los artificios sos efectos de la astucia y avaricia de los hom-= bres. Hágannos en éste particular justicia los se- ñoressincrédulos;i«y: persuádanse en obsequio de la: verdad 4 que: tes Preladosidela Iglesia cató- lica , Apostólica , Romana, no aprobamos-los'er- rores., no patrocinamos los falsos milagros, ni permitimos: su publicacion; y: quando llegamos ¿$ calificar un! hecho: por verdaderamente: mila- groso , es despues de repetidos examenes , y mul- tiplicadas demostraciones de los principios de su autenticidad. :¿ Qué digo? Nosotros somos los pri- meros que prohibimos que se:crean y, refieran-los falsos milagros: nosotrds:predicamos contra ellos, y nosotros «decimos pública “y «privadamente á los christianos:, que nuestra santa «religion'no necesita de embustes para sostenerse; y los de- sehgañamos con franqueza: y- caridad, quando » >