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— 184 Sermon Y IL. cedió á-los filósofos de la antiguedad pagana, acontece á los¡filósofos de nuestros: dias. Siem> pre nos dán defectuosas las copias de la virtud; no está perféctamente en ellos : nó la vén en. sí mismos , ¿cómo han de dár ideas verdaderas de la perfecta santidad? Jesu-Christo es unicamen- te el que nos ha dado la perfecta idea de lá ver- dadera- santidad, porque él era. perfectamente santo. Su razon no se obscureció jamás con nu- blado alguno , y su corazon no se manchó-jamás con pasion alguna. El solo ha sabido :pintar-la virtud con los colores que la caracterizan, tomando la idea de símismo. No espereis que yo ciña mis pensamientos á una sola virtud para mostrar en ella el carácter de Jesu-Christo, porque todas las tuvo y practicó en sumó grado: no penseis que vengo:á hablar:de. todas, porque esto: seria em- prender un imposible: y proceder en infinito. Yo sé ciertamente mas que si lo viera con mis ojos, que ninguno conoce :al Hijo sino el Padre ; así como ninguno conoce al Padre sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo se dignáre revelarlo. En el cielo lé veremos como él es: en la tierra no pue- den los hombres ni los Angeles dár ideas per- fectas de su santidad. No nos queda otro partido que tomar, sino abrir el Evangelio , y estudiar ensélá Jesu-Christo. “=Apénas fixo atenta y respetosamente mi vis- ta en este dibro divinos, quando su luz me sor- prende, y mi alma queda llena de admiracion, ¡Qué amor de Dios. tan puro! ¡Qué+amor del Proximo tan tierno y desinteresado! ¡Qué res=
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